HAMBRE HAMBRE HAMBRE: “El fanzine te permite experimentar una lectura corporal”.

Por romina reyes

La iniciativa editorial Hambre lleva 5 años en la escena fanzinera, con publicaciones de bajo costo, a pequeña escala
y hechas a mano que abarcan ficción, poesía, ensayos y experimentos gráficos, diseñadas para involucrar a las personas a nivel sensorial en la experiencia de lectura.

Mientras los libros, cualquiera sea el autor o contenido, son un centenar de hojas pegadas
o cosidas, el fanzine te invita a una diversidad de formatos, colores, tamaños, tipo
de papel y dobleces, donde cada particularidad puede ser parte de la experiencia
de lectura
.

Conversamos con Camila González Simón y Daniela Josefina, editoras de HAMBRE,
sobre las diferencias y ventajas de la lectura fanzinera, además de cómo acceder a
estos dispositivos de lectura y cómo guardarlos para protegerlos del paso del tiempo
y de amenazas como el polvo o la humedad.

Existe una red fanzinera alrededor del mundo. Acá en Chile, también es una
práctica muy disidente que cada vez más se toma los espacios. Actualmente,
estamos construyendo una fanzinoteca en el Museo Violeta Parra, compuesta por
los fanzines de las comunidades que habitan el espacio, así como donaciones en
torno a artes, oficios” comenta HAMBRE.


Sus fanzines presentan un cruce de disciplinas, ilustración, arte gráfico y texto,
¿qué tipo de lectura proponen?

Los fanzines te invitan a descubrir algo de distintas maneras novedosas, desde su formato, autorías, materiales, texturas y sentimientos. Proponen una lectura curiosa y multidimensional, que combina lo textual con lo visual. En estas publicaciones íntimamente producidas, hay un estrecho vínculo entre el contenido y la forma. En el fondo, el fanzine te permite experimentar una lectura corporal, al reflexionar críticamente la forma de publicación, que se da también desde la materialidad.


¿Qué autorías creen que podemos encontrar en los fanzines, distintas a las de la literatura tradicional?

Las personas que se expresan a través de fanzines apuestan por un arte y comunicación libre y más experimental. Al ser difusa la frontera entre arte y edición, hay muchas posibilidades para explorar y expresarse, más allá de la edad, género o clase social. En ese sentido, las autorías son distintas a las de la literatura tradicional. Aunque pueden haber espacios de encuentro, en los fanzines se pueden encontrar autorías sensibles, disidentes, innovadoras, fluidas y, muchas veces, multidisciplinares. Además, es relevante que históricamente, los fanzines han sido espacios de expresión para comunidades subrepresentadas como mujeres, LGBTQIA+, migrantes, trabajadores y jóvenes.


Una idea: el fanzine borronea la frontera entre el escribir y producir el dispositivo
de lectura, ¿están de acuerdo?

Al hacer fanzines tenemos la oportunidad de experimentar el proceso completo de publicar, desde la creación de su contenido (a través de la escritura, el dibujo, la fotografía y otros lenguajes para expresarnos), su edición, diseño y también la producción del dispositivo de lectura. Es más, también distribuyes tu fanzine, desde el regalo que le haces a un amigue o amor hasta imprimir cientos de copias para circular por todo el mundo. Esa frontera difusa del fanzine es la que nos interesa explorar y colaborar con otres para cocinar recetas editoriales únicas.

¿Existe un circuito fanzinero? Alguien que quiere comprar su primer fanzine,
¿Dónde puede encontrarlo?

Dependiendo de dónde vives, primero recomendamos entrar a internet y buscar a esa comunidad imaginaria que puede ser muy real. A nivel internacional, te invitamos a conocer Printed Matter, organización sin fines de lucro especializada en publicaciones
de artistas.

En Santiago, recomendamos ferias gráficas como Kontrabando, también librerías como
La Inquieta y Librería USACH que tienen fanzines en sus catálogos. Además, si tienen acceso a una Biblioteca CRA, pueden encontrar algunos fanzines en su oferta.


¿Pueden darnos recomendaciones para almacenar una fanzinoteca?, considerando que el objeto suele ser más frágil que un libro.

Recomendamos tenerlos a mano porque son objetos editoriales que siempre abren la conversación. Hace poco, en una de las jornadas del refugio fanzinero en el Museo Violeta Parra, una persona nos dijo que al final una fanzinoteca es una cartografía de afectos. Es inspirador sentir que cada fanzine tiene una historia asociada, que es el archivo de un presente pasado. En términos prácticos, recomendamos reunirlos en un mismo espacio, que a veces tiene forma de caja o repisa. Obviamente, cuidarlos del sol, agua y polvo es importante para resguardar la colección. Como los formatos y tamaños de fanzines son muy diversos la forma de ordenar la fanzinoteca debe ser fluida para albergarlos, considerando también espacio para nuevos ejemplares.


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