Mi personaje de papel: Humberto Sichel

Portada de la columna "Mi personaje de papel" por Humberto Sichel sobre el libro “La conjura de los necios” de John Kennedy Toole
 

Tengo decenas de personajes de papel que me han gustado. Algunos me han inspirado y me encantaría ir caminando por la calle y topármelos, para agradecerles sus gestos o proezas. Hay otros que he admirado y he querido parecerme a ellos. Un par me han generado un profundo respeto por su coherencia a la hora de actuar y otros simplemente me cayeron bien y me hubiera encantado ser su amigo, ya sea por su humor o su forma de enfrentar la vida. 

La lista podría ser extensa y sería fácil enumerar las virtudes de personajes como Elizabeth Finch, Nagare Kamogawa, Marcelino Quijano y Quadra, Chungungo Martínez o Elizabeth Zott, solo por nombrar algunos protagonistas de novelas que he leído en el último tiempo.

Pero esta vez preferí hacer el ejercicio inverso y escoger un personaje despreciable, que despierte nuestros bajos instintos y que sea a todas luces un desagrado. Pienso ahora en Benjamín Rask, Edith Stoner o Geneviève, la señora de Jean Pelletier en “El ancho mundo”

 

Pero por sobre todos ellos, en mi cabeza aparece la figura de un insigne zopenco: el inigualable e infame Ignatius Reilly, protagonista de “La conjura de los necios” de John Kennedy Toole.

Extremadamente cautivante, pero solo porque lo sigo bien de lejos en un libro que puedo abrir y cerrar cuando quiera. Lo observo con rabia, vergüenza ajena y algo de asco. De hecho, estoy seguro de que la mayoría tratamos de huir cuando estamos en presencia de alguien con alguno de sus rasgos.

Un tipo excéntrico, que vive con su madre a quien maltrata a diario, con una actitud despectiva hacia la sociedad, cargada de arrogancia y egocentrismo. Todo sumado a un pecado capital: es tremendamente flojo y evita el trabajo a toda costa. 

Estamos frente a un personaje que nos puede ilustrar de forma casi perfecta el síndrome de Dunning Kruger, llevado a una hipérbole exquisita con cada uno de sus comentarios e interacciones con el resto, que resultan repulsivos.

Entonces, ¿por qué elegir un personaje así para destacar en una sección como esta?

 

Porque la literatura nos ilumina, nos guía, y así como hay personajes memorables, también hay otros que nos ayudan a comprender qué está mal y qué comportamientos deberíamos evitar.

Creo, en efecto, que ahí radica el mayor logro del autor; construir un personaje hipócrita, que vive cuestionando en los demás comportamientos que él mismo exhibe, pero que al mismo tiempo nos muestra un espejo en cada página, que nos hacer ver lo ridículos y miserables que podemos ser cuando actuamos de manera similar.

Es, sin duda, un llamado de atención vigente para no obnubilarse en estos tiempos donde la imagen pública parece ser la única verdad.


Retrato de Humberto Sichel, autor de la columna en revista Libra
 

Humberto Sichel, periodista. Hoy trabaja como conductor de noticias en Chilevisión y acaba de estrenar “Club de libros”, su club de lectura en instagram.

 
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